En los últimos 2 años hemos tenido que enfrentarnos a situaciones que ni en nuestros peores presagios podíamos llegar a imaginar. Una pandemia mundial, desastres ecológicos y en los últimos tiempos una invasión de Rusia sobre Ucrania que además de ser una crisis humanitaria de descomunales proporciones, derivará en una crisis económica a nivel Europeo y mundial.
La inflación de los precios derivada de los precios al alza de los combustibles fósiles y del precio del gas, nos colocan en un nuevo escenario del que cualquier sector como puede ser el turismo y/o la hostelería se pueden llegar a resentir.
Bajada de los turistas rusos y cancelaciones de última hora
España es un país que reúne lo que los turistas vienen a buscar:
- Sol y buen clima
- Nuestros kilómetros de playas y nuestras interminables horas de Sol y calor, son un atractivo casi insuperable a nivel europeo e incluso mundial. Algo que turistas del centro y el este de Europa sin duda valoran mucho ya que tienen climas mucho más duros que el nuestro
- Una oferta de precios atractiva
- Los turoperadores ofertan unos precios competitivos combinado con unas actividades que nos ponen a la cabeza del entretenimiento veraniego.
- Seguridad sanitaria
- El equipamiento hotelero en el que invirtieron las cadenas hoteleras para combatir la crisis sanitaria de la COVID-19 son uno de los puntos fuertes a la hora de elegir nuestro país. Inversiones tales como:
- Cerraduras electrónicas
- Apertura de puertas con nuestro smartphone
- Sistemas de control de reservas y apertura de puertas desde la recepción (sin interacción con el cliente)
- Refuerzo en la limpieza de las habitaciones y zonas comunes
- Etc...
- Además, contamos con un potente sistema sanitario y unas medidas menos restrictivas adoptadas por nuestro gobierno para la captación de turistas
- El equipamiento hotelero en el que invirtieron las cadenas hoteleras para combatir la crisis sanitaria de la COVID-19 son uno de los puntos fuertes a la hora de elegir nuestro país. Inversiones tales como:
No obstante, la guerra en Ucrania ha desembocado en una disminución de la captación de los turistas rusos (tendencia que empezaba a crecer tímidamente) y una cancelación de viajes sobre todo de aquellos turistas que venían del otro lado del charco, ya que temen las consecuencias que pueda provocar la guerra en un país como el nuestro.
Por suerte, las nuevas reservas superan a las cancelaciones y el saldo por el momento sigue siendo positivo, cosa que necesita con urgencia un sector que ya ha sido castigado con réditos negativos cercanos a los 70.000 M€ en comparación con 2019.
Incremento de precios del crudo y estado anímico de los turistas
El precio del combustible aéreo se ha incrementado un 27,5% y es ya un 96,2% más caro que hace un año, según fuentes de IATA. Es decir, será más caro volar, viajar en coche, en barco e incluso en tren, lo que puede penalizar los viajes de larga distancia.
Con los precios mucho más inflados, "todo" será más caro y habrá por ende una menor capacidad de gasto de los consumidores que únicamente puede verse minimizada por el ahorro que supusieron los más de 90 días que estuvimos en nuestro domicilio sin poder salir.
Al impacto económico se suma el “efecto psicológico” de la guerra. Las malas noticias afectan a la demanda turística, sobre todo en mercados lejanos como es el caso de los estadounidenses. En ciudades como Barcelona ya se ha detectado una deceleración de las reservas que vienen de Estados Unidos que tratan de irse a destinos más cercanos como el Caribe.
La marca España, un valor seguro
España es un destino atractivo para el mercado europeo que representan casi el 80% de los ingresos turísticos, descontando Rusia.
El viajero europeo trata de alejarse del enfrentamiento bélico y destinos como España son sin duda una buena elección. Además, los precios del transporte aéreo desde Reino Unido, Francia, Benelux y Alemania hacia la España peninsular y Baleares será menor que a otros destinos, lo que determina también la elección de los miembros de la UE.